lunes, 17 de febrero de 2014

las huellas dactilares no se borran de las vidas que tocamos.

Ella era una chica normal, una chica que reía enseñando los dientes, que bailaba como si no hubiera un mañana, que abraza todos los días a sus amigos. Una chica normal, que lo único que quería era enseñarle al mundo que su sonrisa valía mas que cualquier hombre o mujer, que quería demostrarle a la vida que ella había dejado de importarle, que ya no le quedaban más lagrimas, que estaba superado. Una chica que antes de meterse a la cama respira hondo tres veces mientras sus lágrimas cruzan su cara, que se aislaba en su dolor porque no ha conseguido olvidarla. No puede. ¿Como se olvida de todo lo que han compartido? Si siempre, cuando crees que ya esta superado hay algo que lo fastidia. Una canción que bailasteis juntas, un banco donde compartisteis cientos de tardes, una  foto que no has borrado ni borraras nunca... Una fecha, esa puta fecha del día que os conocisteis, del día que os disteis el primer beso, del día que te dijo que eras el centro de su pequeño mundo...


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