domingo, 19 de mayo de 2013

Un espectacular momento de luz celestial, una efímera luz de la eternidad que en un instante se va.

Es lo que hacemos todos: nos lanzamos, y esperamos poder volar. Porque si no es así, caeremos como piedras. Y durante la caída nos preguntamos: ¿se puede saber por qué he saltado? Pero aquí estoy, cayendo. Y sólo hay una persona que puede hacerme creer que vuelo: y eres tú.

Hay que haber vivido un poco para comprender que todo lo que se persigue en esta vida sólo se consigue arriesgando a veces lo que más se ama.

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