Empiezo a pensar y me doy cuenta de como han cambiado las cosas. Lo que
antes era un fuego que parecía ser eterno ahora no son más que simples
cenizas desordenadas.
Recuerdo aquel domingo lluvioso cuando nos encontramos en una calle
rodeados de desconocidos. Me miraste tan fuerte que casi pierdo el
equilibrio y en un momento nos quedamos completamente solas...
-¡Huyamos juntos!- Me gritaste sin dejar de mirarme a los ojos.
-¿Te conozco?
-Llevo toda la vida buscándote.
Y sin decir más me agarró de la mano y empezamos a ser felices juntas,
así de simple y complejo. A recorrer amaneceres y atardeceres, a
disfrutar de la vida, a formar parte de una nueva persona, a compartir.
Compartir todo. Bancos, abrazos y helados; Sonrisas, revoluciones y
secretos increíbles. Pequeños saquitos de felicidad compartida, que al
cabo de unos años acabaron por romperse.
¿Cuando cambio todo? Es una pregunta que últimamente no puedo parar de
repetirme. Recuerdo esos momentos que ahora me parecen irreales como
sacados de un cuento. Parece un sueño que yo fuera la protagonista de
esa historia, ahora lo pienso y tan solo veo extraños, interpretando un
papel cuando en realidad no eran más que esas ganas tontas de
abrazarse...
¿Donde esta el fallo cuando algo perfecto se rompe?
No hay comentarios:
Publicar un comentario