sábado, 25 de agosto de 2012

Una vez le preguntaron a Lewis High, un fotógrafo de guerra, que por qué había elegido esa profesión, él contestó que si pudiese contar todo lo que veía, no necesitaría cargar todo el día con una cámara de fotos, de ciertos momentos de belleza, de desolación, de horror... y de egoísmo, estaban más allá de las palabras. Yo también lo creo, hay cosas que no podemos explicar con simples palabras, cosas como seguir vivos, sentimientos como el amor y el compromiso, la tristeza, el odio, la felicidad o lo que viene a ser esas sensaciones como volver a abrazar a alguien. Quizá por eso nuestra vida se compone de imágenes, de momentos congelados en el tiempo para siempre, de decisiones que cambian sin remedio el rumbo de las cosas, de fotografías fijas guardadas en la memoria que nos recuerdan cada segundo lo bonito que es vivir.

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