domingo, 16 de octubre de 2011

Vacío. No hay nada entre nosotros. Tres personas extrañas que no se conocen de verdad. Sólo unidos por eventos que parecen reales, ADN, o por fotos perfectas. Pero en el fondo no hay nada. Sonrisas de mentira que no espresan nada más que incomodidad. Cumplidos sobre algo que no habéis leído ni os interesa. Pero es lo que hay que hacer, aunque sea solo por aparentar. A ninguno nos importa de verdad nuestras palabras. En cada pensamiento se va otra idea de amor y familia. No puedo querer a alguien que nunca ha estado ahí, ni que le ha puesto interés. No quiero reproches, no ahora, después de tantos años. La confianza se gana poco a poco. Ahora no la puedeis comprar, aunque sé que tampoco quiereis.
Pero en el fondo, y aunque sea triste decirlo, os doy las gracias por no haberme regalado tiempo o sonrisas. Porque detrás de este vacío que hay entre los tres hay más gente que sí que me ha demostrado que mis palabras tienen sentido. Os doy las gracias por esos momentos que imaginé en mi memoria tan perfectos, pero que nunca se llegaron a cumplir. Os doy las gracias por decirme en silencio que no importo tanto.
Que es bonito si se ve de fuera, pero nada más.
Y os doy las gracias, porque quizás por eso, soy como soy.


Porque a veces hay que ser fuerte y no dejarse arrastrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario