sábado, 8 de septiembre de 2012

Lo recuerdo con exactitud. Fue el 8 de mayo. La primavera llegó más rápida que nunca, y tú molesta por el sol. Te mostré mi vecindario, mis sitios secretos, mi instituto. Te presenté a mis amigos, a mis padres. Escuché tus líneas, tu canto, tus esperanzas, tus deseos, tu música y tú escuchaste la mía. Mi inglés, un poco de frances... Te di un walkman y tú me diste una almohada. Luego, un día, me besaste. El tiempo pasó deprisa. Todo parecía ser tan fácil, tan simple, libre, tan nuevo y único... Fuimos al cine, a bailar, de compras. Reímos, tú lloraste. Nadamos, fumamos. De vez en cuando gritaste, sin razón o con razón. Algunas veces por una razón. Te acompañé a todos lados. Estudié para mis exámenes. Escuché tu canto, tus esperanzas, tus deseos, tu música. Tú escuchaste la mía. Estábamos unidos, muy unidos, siempre unidos. Fuimos al cine, nadamos, nos reímos. Tú gritaste, yo grité. Algunas veces con razón, otras sin razón. El tiempo pasó deprisa. Te acompañé a todos lados. Estudié para mis exámenes. Escuchaste mi italiano, alemán, ruso, francés... Estudié para mis exámenes. Tú gritaste,yo grité, algunas veces con razón. El tiempo pasó, sin razón. Gritaste sin razón. Grité de locura. Estudié. Estudié. Estudié. Estudié. El tiempo pasó. Tú gritaste. Gritamos. Fuí al cine...

... Perdóname,

la chica del tren.


No hay comentarios:

Publicar un comentario